viernes, 18 de junio de 2010

El fiasco SETI: ¿Hay alguien ahí afuera...?

En el “Documento” dedicado a la Astrobiología, publicado en el número 349 del mes de junio de 2010 de la revista Muy Interesante, firmado por el astrofísico y editor de ciencia Miguel Ángel Sabadell, se explican muy detalladamente varios de los motivos por los que aún nadie ha respondido a nuestro “mensaje en la botella”: ¿Hay alguien ahí?, condenado, posiblemente, a vagar eternamente por el espacio interestelar sin encontrar a nadie capaz de interpretar su contenido.

Me permito la licencia de transcribir literalmente una pequeña parte de este artículo que, creo, resume de forma muy gráfica la conclusión final:

“...tras medio siglo de esfuerzos, y a pesar de las opiniones de científicos de la talla de Stephen Hawking, que en una reciente entrevista para Discovery Channel ha manifestado que ve perfectamente racional aceptar la existencia de vida inteligente extraterrestre, los resultados siguen siendo nulos. Para justificar el fracaso, algunos argumentan que no hemos hecho más que rascar la superficie y queda mucho por explorar. Otros dicen que la ausencia de pruebas no es prueba de ausencia, un argumento que igualmente podrían utilizar quienes creen en ovnis, en fantasmas o en la homeopatía.
Sin embargo, entender el fiasco del programa SETI exige que miremos al único planeta que sabemos que posee vida inteligente.
¿Cuántas especies han existido desde el origen de la vida? El número adolece de tanta imprecisión como el que los astrónomos dan sobre la cifra de planetas que hay en la Vía Láctea. “Si en la actualidad tenemos constancia de unas 30 millones de especies y la esperanza de vida de cada una es de 100.000 años, podríamos postular que ha habido miles de millones, quizá hasta 50.000 millones de especies sobre la Tierra”, afirmaba el biólogo evolucionista Ernst Mayr. De todas ellas, sólo una ha conseguido desarrollar una inteligencia que ha derivado en una civilización tecnológicamente avanzada. Y no siempre, pues en los últimos 10.000 años ni sumerios, egipcios, griegos, incas, aztecas, chinos o indios lo han logrado. Ni la tecnología ni el deseo de creer en extraterrestres son una consecuencia inevitable en la historia evolutiva de una civilización. El proyecto SETI nació en unas naciones muy concretas, en un momento determinado y debido a unas fuerzas sociológicas peculiares.
La cosa se complica aún más si nos preguntamos cuántas civilizaciones podrían recibir nuestras señales. En nuestro caso, sólo deberíamos tener en cuenta unas pocas décadas de los 200.000 años que llevamos sobre el planeta. Así, si una cultura ajena a la Tierra hubiera estado enviando mensajes a nuestro sistema solar durante 10.000 años, lo más probable es que jamás hubieran recibido respuesta.
En definitiva, SETI sólo es viable con poblaciones que se encuentran en el mismo punto tecnológico que nosotros en el mismo instante de tiempo. Nada más. Resulta, pues, un esfuerzo fútil.”

Así se resumiría en pocas palabras el Documento publicado por Miguel Ángel Sabadell, aunque incluye otros datos, como que nuestra especie es el producto de una evolución también única y casual, en un planeta único en el universo para el desarrollo de formas vivas multicelulares debido a una improbable combinación de casualidades geológicas y astronómicas prácticamente irrepetibles.
Por lo tanto, ¿merece la pena seguir buscando una respuesta?.

Pues según los defensores del proyecto SETI: “La probabilidad de éxito es difícil de estimar, pero si nunca buscamos, es cero”. ¿Y tú qué opinas?.