lunes, 16 de abril de 2012

De casta le viene al galgo...

Cuentan que el primer animal que cazó don Juan Carlos fue una liebre en El Pardo, y que mató a su primer jabalí en 1949 en la finca toledana de El Castañar, propiedad de José María Finat y Riva, actual conde de Finat.






La caza, esa gran pasión que comparte con la vela y el esquí, que tuvo que abandonar en 1995 después de sufrir una fisura en la mano derecha, es lo que le ha puesto en el blanco de todas las críticas, tras conocerse que estuvo en un safari en Botsuana cazando elefantes.




Ser presidente de Honor de WWF no ha frenado su amor por la cinegética, que le ha hecho recorrer algunas de las fincas con más solera de la geografía española: La Camacha, en La Mancha, donde compartió una jornada de caza con George Bush Padre; las fincas de Los Albertos, donde acudía a menudo a tirar contra ciervos y corzos; Las Golondrinas, en las proximidades del municipio extremeño de Torremocha; o La Encomienda de Mudela, en Ciudad Real, donde también se ha visto a empresarios como Emilio Botín o Juan Abelló.




Pero la delicada salud que ha mostrado esta última época ha hecho que no vaya con tanta asiduidad a los cotos de caza. Requiere madrugones, largas horas de pie e importante esfuerzo físico. De hecho, tuvieron que diseñarle una silla especial, tal y como publicó Vanitatis, para evitar las largas esperas durante las monterías.

Don Juan Carlos, con solo 24 años, estrenó su rifle en África, y a partir de entonces ha cazado búfalos, antílopes, leopardos y elefantes.



Sin embargo, una de las cacerías que más polvareda levantó en los medios se produjo en 2006 en Rusia. El Rey fue criticado por la prensa de Moscú por haber disparado a “un bondadoso y alegre oso llamado Mitrofán”, mantenido en un centro turístico del pueblo de Noviens.
Según informó el diario ruso Kommersant, el oso fue encerrado en una jaula, “lo emborracharon con abundante vodka mezclado con miel” para que se convirtiese en un blanco fácil y el Rey pudiese abatirlo.




“No habléis muy alto de caza, que la Reina es ecologista”, se le escuchó decir al Rey en una ocasión.


Y ya tiene quien le siga con la tradición familiar: otro Borbón "Nacido para matar" y accidentarse, claro, que para eso cubrimos todos sus caprichitos el resto de españolitos.




Y atención sanitaria privada ¿eh?, que de la sanidad pública no te puedes fiar, con eso de los recortes...



1 comentario:

emejota dijo...

Si, así funciona este cuento. Gracia por tan exhaustiva información, ignoraba lo del oso ruso. Por cierto que el nene se parece a su mamá... en lo físico quiero decir.